VIVIENDO EN UN QUIROFANO.

Sangraba mucho. Algo fuera de lo normal. Tumbada en una sala de recuperación, no pudiendo disfrutar del sentimiento más bonito para una mujer: disfrutar de su hija recien nacida. Acababa de parir y en vez de estar descansando en una habitación de hospital, estaba en una camilla rodeada de tubos y con varias cosas inyectadas. Algo iba mal, tanta sangre no se pierde al parir... y si fuera bien no me hubieran dejado ahi. Vinieron a mirarme, no se ponian de acuerdo en determinar porque tanta sangre derramada. La decision final fue volver al quirofano. Anestesia total y a parar esa hemorragia. Al despertar volvia a estar en una sala de recuperación, esta vez no sangraba, pero tenia miedo e incertidumbre.

 

Mi utero se habia negado a volver a su estado normal despues del parto. Por eso la intervencion y por eso la sangre. Le habian obligado a volver a su puesto y tamaño. Bolsas de sangre, sedantes y sondas salian de mi cuerpo y una linea de puntos me recorria el final de mi pecho, un aspecto desalentador. Pero no perdi la calma, la recuperacion total seria un hecho en unos dias, solo habia tenido la mala suerte de que mi cesarea se habia complicado. Algo más que contarle a CLAUDIA cuando me pregunte como fue su llegada al mundo. Estaba bien, entendia y comprendia las caras de susto y de tristeza de mis familiares y pareja, pero estaba bien. Solo queria salir de alli y abrazar a mi hija. No la ví desde que nació y me la enseñaron unos instantes.
 Esa misma tarde me subieron a la habitacion y me reuni con los mios. Debia de seguir ingresada dos dias mas de lo habitual para analizar la evolucion del balon uterino o la extirpacion del mismo. No hubo que volver al quirofano. Todo salió bien. Volvia a mi casa con mi hija. A mi vida normal. Sin complicaciones extraordianarias. No volvi a sentir dolor, en pocos dias hacia vida normal. Muchos alucinaron con mi excelente y rapida mejoria, yo a veces me sorprendo de mi propia fortaleza. Al año siguiente casi por las mismas fechas volvia a un quirofano por una extirpacion de vesicula. Esta vez la operacion y el post operatorio fueron dentro del tiempo y no se complicaron. Pero los dolores una vez dias despues de recibir el alta fueron insoportables. Sentia que me ahogaba al andar. Dormia boca arriba para evitar el tiron de los puntos. Durante un tiempo de mi vida podia decirse que vivia entre quirofanos y salas de recuperacion hospitalarias... pero son cosas que pasan. Todo bien y con el animo intacto.

Con las heridas como recuerdo de esa epoca cierro este post. Obk dedicaron una cancion a esas cicatrices del pasado que no te impiden avanzar.


 


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