LA DIADEMA ROJA DE AMANDA

No era un árbol más. Cada tarde desde hacia tres años, Sara, Samuel y Charlie, se reunian bajo su copa. Eran felices, solo ellos entendían porque ese lugar, porque seguir con ese ritual tanto tiempo, tantas veces, siempre los tres. No les importaba que les entendieran o no, no les importaba el resto de cosas de los dias, lo importante era juntarse para ir bajo la copa de aquel frondoso y viejo árbol.  Allí estaba el principio de todo. En aquellas ramas torcidas llenas de historia, había empezado el porque de la existencia de ellos tres. Era su árbol, su historia, su vida. Sus lágrimas, sus risas, sus recuerdos... incluso su futuro estaba alli, en aquel árbol.


Charlie aun recordaba como se ponía Amanda. Se la imaginaba corriendo con aquellos zapatitos nuevos de tacón que solo se ponia para él. Se la imaginaba peleando por no tropezar con las piedras de aquella cuesta que llegaba hasta la colina que ocupa el árbol, Si el camino hoy es complicado, 50 años antes era peor. él siempre llegaba antes, no tardaba tanto en decidirse que vestido ponerse, ventajas de ser hombre. Se calzaba sus pantalones a cuadros de vestir y su inseparable boina a modo de gorra. Legaba y se sentaba en sus raices, ala sombra, a esperarla. No le gustaba esperar pero por nade del mundo se iria de alli sin verla. Cuando empezaba a desesperarse siempre aparecia Amanda, con sus cabellos rubios y rizados, perfectamente coronados por una diadema roja. Llegaba acalorada, entre disgustada y aliviada... pero tan hermosa. Se miraban y se besaban timidamente en la mejilla. No tenian apenas tiempo para verse, ni otro lugar para hacerlo. Eran los mejores 30 minutos diarios de la vida de Charlie. Ver a su amada Amanda bajo aquel árbol.

Siempre se hacian la misma promesa al despedirse. Volverse a ver el dia siguiente bajo aquel arbol. Cuando eres un niño, como Charlie era entonces, las promesas de ese tipo son muy importantes, para él , Amanda era lo mejor de su vida su primer gran amor. Los abrazos de despedida estaban acompañados de lagrimas y de esperanzas porque llegara el nuevo dia y asi poderse ver de nuevo. Un día creyendo que el tiempo les separaria pronto decidieron grabar sus nombres en la solida corteza de aquel arbol. Jamás volvieron a verse. El tiempo pasaba y aquel arbol se convirtio en el lugar de juegos de SARA Y SAMUEL, que repetian el mismo procediomeinto de Amanda y Charlie. Entre ellos comentaban las iniciales marcadas en aquella corteza y se divertian imaginando la historia. Con ganas de haber sido ellos los que marcasen por primera vez sus nombres en aquel arbol.

Sara un dia se lo comento a su abuela. Enferma en su lecho, apenas podia creerse que su nombre aun estuviese alli. Que nadie hubiese alterado ese recuerdo, que se hubiera respetado su lugar de amor entre ella y Charlie. La abuela de Sara era Amanda. La que se peinaba inutilmente los rizos, la que tropezaba con las piedras de la pendiente por culpa de los zapatos, ella la misma dueña de la diadema roja. Cuando supo de la historia de la boca de su nieta, le rogo que la llevase alli, bajo aquel arbol de recuerdos tan felices. Su enfermedad no le permitia volver, en el fondo sabia que nunca volveria a ver aquel arbol con las iniciales de su amor. Le hizo prometer a su nieta que cuando muriera, queria ser enterrada bajo aquel arbol. Samuel por su parte, habia hecho lo mismo con su abuelo. Confesarle lo vivido en aquellos dias con Sara bajo el arbol y las iniciales alli encontradas. Un dia Sara se encontro bajo el arbol con Samuel y con Charlie, el abuelo del mismo. Al ver a ese anciano, Sara no pudo contener las lagrimas, recordadno la historia de su abuelita. Se lo conto todo a CHARLIE. Antes de la muerte de Amanda, su sueño se hizo realidad, aquel hombre que habia prometido volverla a ver estaba plantado junto a ella en su lecho. Se abrazaron, se pusieron al dia, era feliz. El ultimo instante de felicidad de Amanda.

Hoy como cada dia la despiden, la recuerdan y la lloran los tres bajo aquel arbol donde esta enterrada. Cumpliendo la promesa que le hicieron... volverla a ver, pase lo que pase.


Los britanicos Keane tiene una cancion muy apropiada sobre puntos de encuentro secretos que solo los interesados saben. Con ese tema cierro el blog de hoy.






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