CATORCE VECES MÍA.

Todo empezó cuando nació nuestro segundo hijo. Ella cambió hacía mí. Cada vez más fría. No tardó en pedirme el divorcio. No entendía nada, solo sabía que mi mundo se había derrumbado. Algo raro había ahí, una tercera persona, seguro. Decidí esperarla en el portal, en la que hasta hace poco había sido nuestra casa, para preguntárselo directamente. Que me diera cuales eran los motivos reales de ese cambio hacia mi. Negó lo de la tercera persona, tachandome de loco, que me fuera de alli  y que no se me ocurriera volverla a molestar. Se convirtió desde entonces en una obsesión para mí, la espiaba, la seguía, vigilaba sus cuentas, sus entradas y salidas del trabajo, los comentarios de las redes sociales....


Un tal Roberto le daba al me gusta a todo lo que ella publicaba y hace poco se había hecho amigo virtual de ella. Empecé a atar cabos, ese tío era del pueblo de al lado, un joven arquitecto y soltero. Me vino a la mente una noche que ella dijo salir con las amigas y volvió a las cinco de la mañana. Me hice el dormido pero me desperté al llegar ella. Antes de meterse en la cama, envió un wassap, que rápidamente alguien contestó, ella sonrió entonces y se durmió.Tal vez empezaría ahí su idilio con Roberto.
Volví otra vez al portal de casa, a esperarla, llovía la vi venir de lejos. Estaba muy guapa, su peinado era distinto. Su cara cambió al verme allí. Fui para decirle que lo había averiguado todo. Que había descubierto su infidelidad con Roberto, que ignoraba cuanto tiempo llevaban viéndose, si había sido antes o durante los nacimientos de los niños. Se negó a darme ninguna respuesta, a decirme si me equivocaba o no, solo que estábamos en la calle y que no era el momento ni el lugar para discutir nada. Salí del portal para meterme en mi coche donde seguí vigilandola.

Estuve un rato, no tardó en llegar otro coche, aparcó cerca de mí, un BMW rojo deportivo. Ahí estaba él. Llamó y subió a casa. Desde allí vi como abrazaba a mi mujer, jugaba con mis hijos. La rabia y la desesperación me podían, me invadían. Me había quitado a mi mujer y me había quitado de padre. Toda la noche estuve sin dormir, pensando en lo que había visto. Ahora sí que no podía negarme nada, decidí enfrentarme con ella otra vez.

Utilicé el juego de llaves que aún conservaba y la esperé sentado en el sofá. Su cara al verme, fue de sorpresa y terror mezclados. Vete o llamo a la policía, fue lo primero que me dijo.Exigí la verdad, de una vez por todas, que lo confesase, mientras la agarraba con fuerza. Al final, lo soltó todo. Sí es cierto, llevo años que ya no te quiero, lo conocí y me hizo sentir cosas extraordinarias. Dejaste de ser cariñoso conmigo, no sirves para nada, solo piensas en ti, el fútbol y tus amigos. Me convertiste en tu chacha y me cansé de esa vida.

Por una parte me había liberado pero por otra sentía un fuerte odio y una fuerte necesidad de vengarme de ella. La empujé contra la pared con rabia, la cogí del cuello y sin darme cuenta, apretaba y apretaba llevado por la sinrazón y la locura de haber oído esas palabras. Se soltó y huía de mí, fui tras ella,  y la apuñale con un cuchillo de la cocina, más de 10 veces, creo que fueron 14.. Vi la sangre derramada y su cuerpo tendido y caí en lo que había hecho. Me clavé el mismo cuchillo llevado esta vez por el arrepentimiento. Me caí inconsciente, solo recuerdo sirenas de ambulancia y policía por todas partes. Sé que no estoy físicamente muerto pero estoy condenado por haberte matado a estar muerto en vida, para siempre.

Una canción que explica lo loco que se puede volver un hombre por una mujer. Viene de la voz de un heavy que con el tiempo se ha cambiado de estilo para afianzarse en el rock lento romántico.



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